Al enfrentarnos a una situación difícil, a menudo nos preguntamos instintivamente por qué nos sucede. A veces encontramos la respuesta, pero también es posible que no la haya, y debemos aprender a cambiar la pregunta.

Al enfrentarnos a una situación difícil, a menudo nos preguntamos instintivamente por qué nos sucede. A veces encontramos la respuesta, pero también es posible que no la haya, y debemos aprender a cambiar la pregunta.
Jesús murió en la cruz, fue sepultado, pero no se quedó allí. Celebramos la Pascua para recordarnos que Jesús resucitó, que está vivo y que nosotros también podemos vivir en su resurrección.
Cuando tomamos la decisión de seguir a Jesús, también abandonamos ciertos hábitos destructivos. Pero, ¿y si nuestros viejos amigos vuelven a visitarnos? ¿Cómo mantener el rumbo?
Es importante tomarse el tiempo para reflexionar sobre nuestros errores y llorar ciertos eventos desafortunados en nuestras vidas. Pero también hay que saber cuándo es necesario cerrar el capítulo anterior y empezar uno nuevo.