La vida puede pasar tan rápido que a veces olvidamos quiénes somos en realidad. Tomamos todo tipo de títulos que creemos que son importantes. Sin embargo, es nuestra identidad en Cristo la que silencia nuestras preocupaciones.

La vida puede pasar tan rápido que a veces olvidamos quiénes somos en realidad. Tomamos todo tipo de títulos que creemos que son importantes. Sin embargo, es nuestra identidad en Cristo la que silencia nuestras preocupaciones.