A veces debemos revestirnos de la armadura completa del cristiano y pelear la buena batalla de la fe. Pero nunca debemos olvidar que, en otras ocasiones, debemos abandonar el campo de batalla y regresar a la fortaleza.

A veces debemos revestirnos de la armadura completa del cristiano y pelear la buena batalla de la fe. Pero nunca debemos olvidar que, en otras ocasiones, debemos abandonar el campo de batalla y regresar a la fortaleza.