Oraciones sin respuesta, oportunidades perdidas, corazones rotos… muchas circunstancias pueden hacernos llorar. Pero en las manos de Dios, estas lágrimas son semillas que luego nos darán alegría.

Oraciones sin respuesta, oportunidades perdidas, corazones rotos… muchas circunstancias pueden hacernos llorar. Pero en las manos de Dios, estas lágrimas son semillas que luego nos darán alegría.