A todos nos encanta recibir halagos o palabras de aliento. ¡Claro que no hay nada de malo en eso! Pero debemos estar alerta cuando empezamos a buscar solo estas palabras halagadoras.

A todos nos encanta recibir halagos o palabras de aliento. ¡Claro que no hay nada de malo en eso! Pero debemos estar alerta cuando empezamos a buscar solo estas palabras halagadoras.
La mayoría de los cristianos saben que no pasarán siete años de infortunios rompiendo un espejo, pasando por debajo de una escalera o acariciando a un gato negro. Pero eso no significa que no sean supersticiosos. Porque sin amor, nuestra fe puede convertirse en superstición.
A veces debemos revestirnos de la armadura completa del cristiano y pelear la buena batalla de la fe. Pero nunca debemos olvidar que, en otras ocasiones, debemos abandonar el campo de batalla y regresar a la fortaleza.
Somos verdaderamente privilegiados de ser hijos de Dios. Cuando lo hacemos nuestra fuente, podemos vivir en su descanso y ofrecer ese descanso a quienes nos rodean.
Esta es una de las últimas palabras de Jesús. Las personas solteras también podemos sentir a veces que Dios nos ha olvidado. Sin embargo, a pesar de sus preguntas, el apego de Jesús a su Padre no cambió. Una gran lección para nosotros hoy.