No. Aunque a menudo se les promete a los cristianos solteros que encontrarán a la persona especial que Dios ha preparado solo para ellos, el concepto de alma gemela no es bíblico. ¡Y eso es una buena noticia!
Es el tema principal de muchas canciones y películas de amor. Ciertamente es romántico, pero el concepto de alma gemela se originó en una filosofía griega mencionada en los escritos de Platón. La historia cuenta que una criatura con cuatro brazos, cuatro piernas y dos cabezas era tan poderosa que aterrorizó a los dioses. Para disminuir su poder, los dioses la dividieron en dos, y desde entonces, cada mitad ha estado buscando a su otra mitad, su alma gemela.
El concepto de alma gemela, la idea de que solo una persona fue creada para completarnos, tampoco está en la Biblia. En ninguna parte está escrito que debamos buscar a la única persona creada para nosotros. Dios instruyó a los israelitas a no casarse con extranjeras, y algunos padres, como Abraham, pidieron hijas de un clan o familia específica para sus hijos, pero eso fue todo. En ningún momento de la historia Dios le ha indicado a un hombre una mujer específica. Salvo Adán y Eva, ¡pero digamos que la elección no fue muy amplia! Las otras dos ocasiones en las que Dios le dijo explícitamente a un hombre que se casara con una mujer específica fueron: José, esposo de María (aunque ya estaban comprometidos), y Oseas, donde Dios le dijo que se casara con una prostituta (sin especificar, sin embargo, con cuál).
Dios nos ha dado criterios muy específicos para encontrar pareja. Pero una vez que cumplimos con estos criterios, la decisión final recae en nosotros.
Bueno, es cierto que Dios lo sabe todo, así que sabe exactamente a quién elegiremos. También conoce nuestros corazones, nuestros gustos, nuestra misión en su Reino, así que es muy probable que Dios nos abra oportunidades maravillosas para conocer a la persona con la que nos casaremos. Pero depende de nosotros elegir entre varias posibilidades aceptables.
¿Por qué es importante hacer esta distinción? Por varias razones:
Porque tenemos un papel que desempeñar en el proceso. No podemos esperar a que Dios nos envíe lo que tiene preparado para nosotros. Debemos tomar medidas para encontrar un buen cónyuge potencial. Debemos tomarnos el tiempo para verificar si esta persona cumple con los criterios que Dios nos pide respetar.
Porque si creemos que Dios solo tiene una persona preparada para nosotros, rechazaremos cualquier cosa que no parezca perfecta. Ante cada dificultad, dudaremos de que esta persona sea la creada para nosotros. Algunas personas incluso se han divorciado porque llegaron a la conclusión de que no se habían casado con su alma gemela. Esto, por supuesto, no es una razón legítima para el divorcio según la Biblia. La persona con la que te cases no será perfecta (ni tú tampoco). Pero si comparten el mismo objetivo (hacer crecer su Reino), las mismas pasiones y se sirven mutuamente, permanecerán casados hasta que la muerte los separe.
Porque Dios no es injusto. Si nuestra alma gemela tomó la decisión equivocada, ¿significaría eso que nos veríamos obligados a permanecer solteros? Dios abre caminos de bendición para todos sus hijos, independientemente de las decisiones de los demás.
Porque creer en las almas gemelas nos libera de nuestra parte de responsabilidad en el proceso. Pero cuando es nuestra elección, debemos pensarlo detenidamente antes de tomarla y luego asumir la responsabilidad de nuestra decisión. Lo que le importa a Dios es que elijamos una pareja cristiana con quien podamos hacer crecer su Reino. Lo que le importa a Dios es asegurarse de que el esposo sirva y proteja a su esposa, y que la esposa sirva y apoye a su esposo.
Dios nunca animó a los hombres a casarse con dos mujeres, pero no impidió que Jacob se casara con Lea y Raquel. ¿Cuál de las dos era su alma gemela? ¿Raquel, porque Jacob la amaba más? Sin embargo, Judá, el patriarca de Jesús, era hijo de Lea. Dios no aprobó ni condenó estos matrimonios; se glorificó a sí mismo a través de las dos esposas. Obviamente, aquí no estamos fomentando los matrimonios polígamos, sino que usamos este ejemplo simplemente para ilustrar el principio de que las almas gemelas no existen. La elección de pareja es nuestra, y debemos hacerlo según los principios bíblicos.
Entonces, el alma gemela no existe. ¡Y eso es una buena noticia! Esto significa que conocerás a varias personas que cumplen con tus criterios, aunque no sean perfectas. No te equivocarás si basas tu elección en principios bíblicos.