Los conos naranjas y las señales de desvío son objetos que generalmente nos hacen estremecer. Sin embargo, están ahí para protegernos y anunciar hermosas mejoras por venir. ¡Lo mismo ocurre espiritualmente!

En la vida, a menudo nos encontramos con todo tipo de obstáculos que nos obligan a cambiar nuestros planes, desvíos que no habíamos previsto. Y aquí también, nunca afrontamos estas pruebas con alegría. Sin embargo, estos obstáculos y desvíos a veces son herramientas que Dios usa para protegernos o incluso para anunciar que algo mejor se construirá en nuestras vidas.

Esto es, en cierto modo, lo que confirma Romanos 8:28: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito” (RVC). Pero a menudo, para que una situación difícil «nos ayude a bien», debemos verla como algo positivo. Si nos quejamos de nuestras pruebas, no podremos ver el milagro que Dios está preparando después de la prueba. No siempre podemos evitar las pruebas (Romanos 5:3-4), pero podemos elegir verlas como maneras de fortalecer el carácter de Cristo en nosotros.

“Pero ustedes, amados hermanos, sigan edificándose sobre la base de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo” (Judas 1:20 RVC). Este versículo nos dice que debemos “edificarnos a nosotros mismos”, pero ¿qué debemos construir? ¡Lo que Dios nos inspire a hacer!

1. Edificando nuestra fe ¿Estás en el mismo lugar espiritual que el año pasado? ¿Has adquirido nuevas perspectivas de la Palabra? ¿Sirves en algún ministerio en tu iglesia local? ¿Eres más sensible a la voz del Espíritu Santo? Dios quiere estar más presente en nuestras vidas, pero no se impone. Depende de nosotros hacerle espacio, lo que a menudo requiere que dejemos otras cosas de lado. La salvación no depende de nuestros esfuerzos; es un regalo gratuito que Jesús pagó en la cruz. Pero una vez que somos salvos, es entonces cuando debemos comenzar a esforzarnos. “Por eso, ustedes deben esforzarse por añadir virtud a su fe, conocimiento a su virtud, dominio propio al conocimiento; paciencia al dominio propio, piedad a la paciencia, afecto fraternal a la piedad, y amor al afecto fraternal. Si todo esto abunda en ustedes, serán muy útiles y productivos en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (2 Pedro 1:5-8 RVC)

2. Fortaleciendo nuestra autoestima Dios es quien nos sana. Sana el cuerpo, pero también el alma, las emociones y la autoestima. Pero para recibir esta sanidad, para creer en nuestra nueva identidad, tenemos trabajo que hacer. En Isaías 52:2 (RVC), el profeta anima a su pueblo a caminar en victoria desatando sus propias ataduras. “¡Sacúdete el polvo, Jerusalén, y levántate para reinar! ¡Quítate del cuello esas ataduras, cautiva hija de Sión!” El versículo no dice que Dios afloje las ataduras, sino que ella debe soltarse. Es nuestra responsabilidad perdonar a quienes nos han herido, dejar atrás nuestro pasado y creer en los maravillosos atributos que Dios dice que tenemos.

3. Construyendo nuestra red social Vivir solo a veces puede resultar muy cómodo. Salir a hacer nuevos amigos se convierte en un desafío. Pero Dios nos creó como seres sociales que necesitan de los demás. Nuestro entorno nos anima y, a veces, nos obliga a ser mejores. “El hierro se pule con el hierro, y el hombre se pule en el trato con su prójimo” (Proverbios 27:17 RVC). Necesitamos practicar escuchar a los demás y comprenderlos, especialmente si, como solteros, algún día queremos casarnos. Demos el primer paso y esforcémonos por contactar a nuestros amigos, ayudar en organizaciones locales y servir en nuestra iglesia. A menudo, es a través de nuestra red social que encontramos una pareja para toda la vida, así que si quieres casarte, ¡invierte en ella!

4. Construyendo nuestra soltería La soltería no es una enfermedad que se pueda curar ni un problema que se pueda resolver. ¡Ni siquiera es un período de espera antes del matrimonio! Puede que estés esperando a que alguien te robe el corazón, pero eso no significa que toda tu vida esté en suspenso. Tienes una misión que cumplir para hacer crecer el Reino de Dios mientras estás soltero, una misión que quizás ya no puedas cumplir una vez casado. ¡Así que no esperes para asumir tu llamado! Usa tu tiempo como soltero para servir, crecer y aprender. Deberías poder decir el día de tu boda: “Me alegro de estar casado, pero lo pasé de maravilla estando soltero”. Si no eres feliz con tu vida de soltero, tampoco lo serás con tu matrimonio. Así que usa tu tiempo como soltero para glorificar a Dios.

“Pero ustedes, amados hermanos, sigan edificándose sobre la base de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo” (Judas 1:20 RVC). Como dice el apóstol Judas, tomen sus herramientas (su Biblia), no se irriten por los conos naranjas (sus aflicciones) y comiencen a edificarse hoy mismo.

(Este artículo es un resumen de nuestra conferencia del 27 de septiembre de 2025. Para escuchar la conferencia completa en francés e inglés, haga clic en este enlace de YouTube.)